Después de la Segunda Guerra Mundial, el mundo nunca volvió a ser el mismo. Los países lograron recuperarse de manera paulatina gracias al trabajo constante de las grandes empresas, las cuales impulsaron sociedades enteras.
No obstante, el desarrollo de dichas empresas comenzó, con el tiempo, a mostrar su punto débil: la necesidad de gastar tiempo y recursos en áreas secundarias.
Es gracias a ello que, en su momento surgió el outsourcing como una forma de delegar partes del proceso de negocio a otras empresas. Por ejemplo Estados Unidos fue pionero en hacer esto, a mediados del siglo XX, con la contratación de empresas de limpieza para dar mantenimiento a sus instalaciones, mientras que con ello aseguraban un mejor rendimiento Posteriormente, servicios como la seguridad, la logística y distribución de productos, se fueron sumando.
Esta práctica permitió que la contratación de expertos llevará a la empresa a enfocarse en sus puntos fuertes, traduciendo esto en mayor rentabilidad y reducción de costos de producción.
Pero este modelo se agotó en México debido al surgimiento de malas prácticas. Debido a ello, se hizo recientemente una reforma laboral que busca establecer una figura intermedia, más respetuosa de los derechos laborales, pero que contiene la opción de que las empresas puedan delegar áreas del negocio que no son sustanciales para su core business.
Los servicios especializados permiten a las empresas disponer de otras compañías que ofrecen productos y servicios complementarios a las funciones esenciales de la empresa. Por ejemplo, una empresa de servicios especializados en recursos humanos permite delegar la porción del negocio dedicada a la administración de personal con especialistas que harán esas tareas, mientras la empresa conserva la titularidad y las obligaciones laborales sobre su personal.
Las ventajas de contratar servicios especializados son medibles para las compañías que recurren a ello, pues permiten reducir costos, incrementar su calidad y hacer a las empresas más rentables.
Poner en manos de otros la administración de servicios no esenciales, pero sí necesarios para la empresa puede causar recelo, pero no se puede negar que mejora el desempeño cotidiano de las organizaciones pues les permite enfocarse a su misión. Para evitar estos recelos, es necesario conseguir proveedores de servicios especializados de confianza, para lo cual es recomendable evaluar previamente la oferta disponible y tener en consideración que la empresa prestadora de estos servicios tenga experiencia en nuestro ramo de negocio.